dimecres, 26 de maig del 2010

El perquè de Josep Pla


Josep Pla va dir una vegada a l'humorista Julio Camba: "Yo no voy a las corridas porque he comprobado que la primera vez aparté los ojos con asco cuando el picador le metió el hierro al toro en el espinazo. Después volví la cara cuando la sangre comenzó a correr en la suerte de banderillas, pero tímidamente me atreví a mirar de soslayo. Luego mi estómago no resistió las diez estocadas que tuvo que dar un matador miserable para tumbar al morlaco aunque tampoco estaba dispuesto a perderme aquello, puesto que había pagado la entrada.

Y tuve el valor para resistir incluso tres descabellos. Aplaudí al toro en el arrastre. Poco a poco fui mirando de frente aquella carnicería. En la cuarta corrida ya todo me parecía natural. Y en la quinta ya no me hubiera importado nada si en vez de un toro hubieran matado a mi primo".


Síria


Convivim des de fa poc més d'un mes amb dos gats, en Mac i la Siria, en un harmònic intercanvi de companyia, interessos, migdiades compartides i comprensió mútua.
Convivimos desde hace poco más de un mes con dos gatos, Siria y Mac, en un armónico intercambio de compañia, intereses, siestas compartidas y comprensión mútua.

Quan està asseguda, el pelatge de la meva gata són les sorres del desert en tota la seva gamma de colors. Quieta, geològica, amb l’aire amb prou feines movent les dunes del seu llom, sembla haver plegat l’espai en aquest precís cicle només ondulant la seva esquena, en una pausa específica, sinuosa, establerta en òrbites el·líptiques, que t’atrapa. Així és com crea el seu propi territori, en aquest límit quasi imperceptible, oníric en essència, dins de quines fronteres pot habitar, lliure, sense haver de traspassar ni tant sòls aquesta cambra.

Allà és on ens trobem quan em deixa compartir la somnolència, la carícia d’aquell raig de sol entrant per la finestra. Harmonia sense artificis. I, a vegades, més: Silencis. Esperances, pot ser? Somnis? Dubtes?

Després, a la Síria només li cal un gest sobtat, gratuït i indolent, per interrompre les seves reflexions, la seva calma, la seva pau i retornar el temps al món. Combinant amb insolent naturalitat el misteri i la quotidianitat alhora, torna del seu viatge interior per mirar-me un moment, educada i generosa. I jo li retorno, amb el convenciment dels agraïts, volent imaginar que la meva companyia l’ha humanitzat prou com per interessar-se breument en saber si estic bé, abans de donar-me l’esquena per continuar estirant despreocupadament la seva mandra.

A la seva majestat em té inútilment fidel, car no li cal, al contrari que als humans, súbdit ni territori per exercir-la. Mestressa de l’espai i l’impossible, es mou entre la llum i l’ombra amb innata supèrbia, revelant als objectes fins llavors inanimats la seva veritable condició de trapezis elegants i passarel·les aèries.

Sé pels llibres que hi veu i hi sent on jo no podré mai fer-ho i ella, que n'és conscient, adopta el gest dels éssers eteris i elementals, escoltant sense esforç el so del cosmos movent-se. No ha deixat mai de ser aquella deessa arcana, l’esfinx adorada a antics oasis.

Pot reclamar, altiva, el seu lloc a l’univers, però s’estima més regalar-me el seu excés de felicitat ronronejant sobre el meu ventre, sense deixar de banda el seu autèntic destí: La meva gata complerta definitivament el món.


Cuando está sentada, el pelaje de mi gata son las arenas del desierto en toda su gama de colores. Quieta, geológica, con el aire apenas moviendo las dunas en su lomo, parece haber plegado el espacio en este preciso ciclo tan sólo ondulando su espalda, en una pausa específica, sinuosa, establecida en orbitas hipnóticas, que te atrapa. Así es como crea su propio territorio, en ese límite casi imperceptible, onírico en esencia, dentro de cuyas fronteras puede habitar libre sin tener que traspasar siquiera esta habitación.

Ahí es donde nos encontramos cuando deja que compartamos la somnolencia, la caricia de ese rayo de sol entrando por la ventana. Armonía sin artificios. Y, a veces, más: Silencios. ¿Esperanzas quizá, sueños, dudas?

Después, Siria sólo necesita un gesto súbito, gratuito e indolente, para interrumpir sus reflexiones, su calma, su paz, y retornar el tiempo al mundo. Combinando con insolente naturalidad el misterio y la cotidianeidad vuelve de su viaje interior para mirarme un momento, generosa y educada. Y yo le devuelvo la mirada con el convencimiento de los agradecidos, queriendo imaginar que mi compañía la ha humanizado lo bastante como para interesarse brevemente en saber si sigo bien antes de darme la espalda para continuar estirando despreocupadamente su pereza.

A su majestad me tiene inútilmente fiel, ya que no precisa, al revés de los humanos, súbdito ni país para ejercerla. Dueña del espacio y el imposible, se mueve entre la luz y la sombra con innata soberbia, revelando a los objetos hasta entonces inanimados su auténtica condición de trapecios elegantes y pasarelas aéreas.

Sé por los libros que ve y oye donde yo no puedo llegar y ella, que lo sabe, adopta el gesto de los seres etéreos y elementales, escuchando sin esfuerzo el sonido del mundo moviéndose. Nunca ha dejado de ser aquella diosa arcana, la esfinge adorada en antiguos páramos.

Puede reclamar, altiva, su lugar en el universo, pero prefiere regalarme su exceso de felicidad ronroneando sobre mi vientre, sin dejar de lado su auténtico destino: Mi gata completa definitivamente el mundo.

Con mayúscula (de Kepa Tamames)


En aquesta ocasió, un article de Kepa Tamames en versió original. Aquesta és la descripció que de l'activista fa el periodista Curro Cañete:

Kepa Tamames, de ATEA (asociación para un trato ético para los animales) un hombre comprometido que publicó el año pasado un libro titulado Tú también eres un animal (MR Ediciones; por cierto, la frase de Davidelfin de arriba del todo, junto a doscientas frases más de personas famosas, las podéis leer en su libro, por otro lado muy recomendable). Recuerdo que el día de la presentación, en la Fnac, hará unos 7 meses, Kepa explicó maravillosamente qué derechos deben tener los animales: “Todos no, lógicamente. No tendrán derecho al voto, como tampoco lo tiene un niño de dos años” [y pongo este ejemplo porque yo creo que explica muy bien los ridículos ataques de mucha gente; somos animalistas, no somos gilipollas]


Demasiada gente sigue todavía viendo la actividad y la mera existencia del Movimiento Animalista como una ofensa. No existe una razón principal para ello, sino dos. La primera supone que deberíamos destinar nuestros recursos a paliar el sufrimiento humano, y no “desperdiciar el tiempo salvando animalitos”. Tal hipótesis se basa –imagino– en la absurda premisa de que no pueden llevarse a cabo dos luchas solidarias a la vez, cosa obviamente falsa, como lo demuestra el hecho de que el grueso de la sociedad condena realidades paralelas e inconexas entre sí como la explotación laboral infantil y la violencia hacia las mujeres con total naturalidad, sin que se dé ninguna suerte de incompatibilidad entre ambas. A nadie se le ocurriría sugerir que luchar contra situaciones traumáticas por separado como el hambre y el cáncer es incompatible. ¿Por qué pensar entonces algo tan extraño si de la defensa organizada de los animales se trata? Por lo general, la gente disfraza de argumentos lo que no son sino burdas excusas para quitarse de encima cuestiones moralmente incómodas. Es por ello que se recurre a afirmaciones tan reduccionistas como la que afirma que “los humanos están primero”, propuesta que encierra la perversa idea de que hemos de poner por delante los intereses del verdugo respecto a los de la víctima.

La segunda razón a la que antes aludía surge de un pensamiento igualmente equivocado, aquél que presume que “hay cosas mucho más importantes que defender a los animales”. No es cierto. ¿Significa esto que no hay lucha que merezca más nuestra atención que la animalista? Es exactamente lo que significa, en efecto. Con ello no trato de abonarme a una afirmación efectista pero hueca, sino adherirme al rigor, si nos atenemos a ciertos escalofriantes datos estadísticos: cada segundo mueren en el mundo a manos de la comunidad humana un número no inferior a tres mil animales, para los que su propia desaparición supone la única liberación a la que pueden aspirar. Confieso que nunca he podido digerir esta cifra. Quienes tenemos la maravillosa oportunidad de convivir a diario con miembros de otras especies conocemos la amarguísima experiencia de su desaparición física. Y es ahí donde radica mi incapacidad para aceptar tan demoledora cifra: ¡tres mil cada segundo!

Quizá la gente no lo sepa, pero nunca existió actividad humana alguna que generara tal cantidad de sufrimiento gratuito como lo hace hoy la agresión a los animales. Nada en lo que podamos pensar supera en dolor a este fenómeno. Por eso, si acaso tuviéramos que optar por una única vía militante, deberíamos hacernos defensores de los animales. Por fortuna no nos vemos obligados a elegir entre diferentes causas solidarias, quedarnos con una y descartar las demás, antes lo decía. Pero conviene dejar claro el anterior punto, porque solo él pone a cada cual en su sitio. Las revoluciones que ha conocido nuestra historia biográfica como especie se quedan pequeñas ante la magnitud de la revolución que hacemos cada día boicoteando los circos, la carne, las pieles, ciertas cremas faciales… Y adoptando animales para ofrecerles un hogar definitivo. Siéndolo las demás, ésta es la Revolución con mayúscula.

Kepa Tamames.

Aquest article va ser publicat a la revista 4patas, que edita la Asociación Nacional de Amigos de los Animales (ANAA).



Fal·làcies (2). La ètica humana



Les persones, a diferència de les bèsties, ens comportem conforme a la ètica.

ètic1 -a 1 adj. [LC] Relatiu o pertanyent a l’ètica, a l’acció moral, als sentiments, als deures, als capteniments morals. (Diccionari IEC)

Entesa la ètica com a un comportament derivat de l’exercici de la empatia, la seva pràctica no és quelcom exclusiu dels animals humans, sinó que es troba abastament estesa. Podem observar-la en els demés animals sense haver de recórrer a exòtics experiments etològics. Animals no humans que ajuden als seus, que exerceixen l’amistat amb els de la seva espècies i amb els d’altres, com la humana. Mares i, encara que menys, pares que es preocupen de les seves cries com ho fem nosaltres, sense que ningú pugi mantenir que els seus motius són distints. El professor Frans de Waal (El mono que llevamos dentro. Editorial Tusquets. 2007) ha documentat en altres primats l’establiment d’un sistema social basat en l’ètica, on individus renuncien a beneficis perquè el grup mantingui determinats valors abstractes comportamentals en ares de la cohesió social, com ara la tolerància, la generositat o la honestedat. I qui pot negar que els elefants actuen més enllà del mer instint quan visiten periòdicament els cementiris de les seves matriarques? En tots els sistemes socials la solidaritat i el sacrifici son valors indispensables.

Però, diuen, fa falta capacitat de reflexió deontològica per poder-lo anomenar ètica. Cal un sentit de la moral, mantenen, perquè la ètica és bàsicament la conducta que s’escull a partir de l’observació i la valoració moral de les conseqüències dels propis actes. D’acord. Col·legirem doncs que l’explotació d’una raça per una altra és també un comportament ètic, ja que durant la pràctica totalitat dels dos-cents mil anys d’existència de la nostra espècie ha estat un comportament derivat de reflexions morals, des de la prehistòria fins els esclavistes d’Alabama, passant per Aristòtil o les religions.Com el saqueig de recusos aliens o la submissió de les femelles.Durant tot aquest temps els animals humans hem pogut reflexionar moralment sobre les conseqüències dels nostres actes en els altres sense deduir que la seva reiteració era objectivament maligna i atroç, una fractura del sentit de la decència. En absolut. El sentit d’aquesta ètica moralment conceptuada no ha requerit de la empatia i, per tant, alguns individus de la nostra espècies eren finalitats en si mateixes i d’altres eren mers instruments. En base a això, els animals humans hem trobat sempre ètic esclavitzar els negres fins a la mort, o sotmetre les dones fins a la mort, o explotar la resta d’animals fins a la mort.

En molts mamífers, bàsicament, els indiscutibles comportaments ètics no són conseqüència, en la majoria dels casos en que es presenten, d’una reflexió moral, ja que els animals no humans no disposen de la complexitat discursiva que als humans ens ha donat el llenguatge, derivació del desenvolupament del còrtex cerebral. Però perquè la fal·làcia de mantenir que la consciència, la sensibilitat que porta a la ètica, prové de l’intel·lecte? Molts altres animals tenen consciència i la comprensió que se’n deriva i un sentit de la noblesa, malgrat que la seva falta de capacitat per estructurar un pensament basat en la argumentació, en el llenguatge, els impedeix codificar-lo en base a la lògica.

Fa uns anys vaig presenciar com un bernat pescaire sobrevolava la seva parella,que era al terra ferida pel tret d’un caçador. Els bernats pescaires son monògams i s’aparellen de per vida. La llum de la lluna afegia surrealisme a una escena que semblava aturada en el temps. El silenci només l’esquinçaven els crits de tots dos, que contenien tanta desesperació que corprenia l’esperit del saquejador més despietat. Em commogué com ho fa encara cada vegada que ho recordo i serà així fins el dia de la meva mort. La ètica, és a dir, el sentit del deure, els sentiments, el capteniment moral d’aquella au, que intentava infructuosament ajudar al seu congènere a despit de l’amenaça dels caçadors era aclaparadorament superior a la dels que l’empaitaven jocosament rere els joncs amb els fusells.



Las personas, a diferencia de las bestias, nos comportamos conforme a la ética.

Relativo o perteneciente a la ética, a la acción moral, a los sentimientos, a los deberes, a los comportamientos morales. (Diccionario IEC)

Entendiendo la ética como un comportamiento derivado del ejercicio de la empatía, su práctica no es algo exclusivo de los animales humanos, sino que está ampliamente extendida. Podemos observarla en los demás animales sin tener que acudir a exóticos experimentos etológicos. Animales no humanos que ayudan a sus semejantes, que ejercen la amistad con los suyos y con otras especies, como la humana. Madres y, aunque menos, padres, que se preocupan de sus crías como lo hacemos nosotros, sin que nadie pueda mantener que sus motivos son distintos. El profesor Frans de Waal (El mono que llevamos dentro. Editorial Tusquets. 2007) ha documentado en otros primates el establecimiento de un sistema social basado en la ética, donde algunos individuos renuncian a beneficios para que el grupo mantenga determinados valores abstractos comportamentales en aras de la cohesión social, como la tolerancia, la generosidad o la honestidad. ¿Y quién puede negar que los elefantes actúan más allá del mero instinto cuando visitan periódicamente los cementerios de sus matriarcas?. En todos los sistemas sociales la solidaridad y el sacrificio son valores indispensables.

Pero, dicen, hace falta capacidad de reflexión deontológica para poder llamarlo ética. Es preciso un sentido de la moral, mantienen, porqué la ética es básicamente la conducta que se elige partiendo de la observación y la valoración moral de las consecuencias de los propios actos. De acuerdo. Colegiremos entonces que la explotación de una raza por otra es también un comportamiento ético, ya que durante la práctica totalidad de los doscientos mil años de la existencia de nuestra especie ha sido un comportamiento derivado de reflexiones morales, desde la prehistoria hasta los esclavistas de Alabama, pasando por Aristóteles o las religiones. Como el saqueo de recursos ajenos o la sumisión de las hembras. En todo ese tiempo los animales humanos hemos podido reflexionar moralmente sobre las consecuencias de nuestros actos en los demás sin deducir que su reiteración era objetivamente maligna y atroz, una quiebra del sentido de la decencia. En absoluto. El sentido de esta ética moralmente conceptuada no ha requerido de la empatía y, por tanto, algunos individuos de nuestra especie eran finalidades en sí mismos y otros meros instrumentos. En base a ello los animales humanos hemos encontrado ético esclavizar a los negros hasta la muerte, someter a las mujeres hasta la muerte, explotar al resto de animales hasta la muerte.

En muchos mamíferos, básicamente, los evidentes comportamientos éticos que presentan no son consecuencia de una reflexión moral, ya que el resto de animales no disponen de la complejidad discursiva que a los animales humanos nos proporciona el lenguaje, gracias al desarrollo del córtex cerebral. Pero ¿por qué la falacia de afirmar que la conciencia, la sensibilidad que lleva a la ética, proviene del intelecto? Muchos animales poseen conciencia y la comprensión que se deriva de ella, y un sentido de la nobleza, a pesar de que su falta de capacidad para estructurar un pensamiento basado en la argumentación, en el lenguaje, les impide codificarlo en base a la lógica.

Hace unos años presencié como una garza real sobrevolaba a su pareja, que estaba en el suelo herida por el disparo de un cazador. Las garzas reales son monógamas y se aparean de por vida. La luz de la luna llena añadía surrealismo a una escena que parecía suspendida en el tiempo. El silenció era desgarrado por los gritos de las dos, que contenían tanta desesperación que sobrecogía el espíritu del saqueador más despiadado. Me conmovió entonces como lo sigue haciendo hoy en el recuerdo y así será hasta mi muerte. La ética, es decir, el comportamiento moral, el sentido del deber y los sentimientos de esa ave, que intentaba infructuosamente ayudar a su congénere a despecho de la amenaza de los cazadores, era abrumadoramente superior a la de los animales humanos que la hostigaban jocosamente tras los juncos con los fusiles.

dilluns, 24 de maig del 2010

Ètica, animals i humans (de Peter Singer)

El juny de 2003, al centre cultural La Mercè de la meva ciutat, Peter Singer va oferir els seus controvertits punts de vista. Ara que es troben tan questionats pels abolicionistes m'ha semblat bó recordar-los.

Les notes d'aquesta conferència que ara publico varen ser ser preses pel Dr. Ramon Alcoberro Pericay. Un luxe. Al final, en el debat, intervencions d'altres il·lustres filòsofs com el Dr. Josep Maria Terricabras.

En junio de 2003, en el centro cultural La Mercè de mi ciudad, Peter Singer ofreció sus controvertidos puntos de vista. Ahora que se encuentran tan cuestionados por los abolicionistas me ha parecido bueno recordarlos.

Las notas de esta conferencia que ahora publico fueron tomadas por el Dr. Ramon Alcoberro Pericay. Un lujo. Al final, en el debate, intervenciones de ilustres filósofos, como el Dr. Josep Maria Terricabras.



Conferència

La meva preocupació pel tema dels animals no-humans, és inseparable de l'evolució dels meus estudis filosòfics. Com vostès saben vaig començar a estudiar filosofia a Austràlia i vaig ampliar estudis posteriorment a Oxford. Fa trenta anys o quaranta anys, a finals de la dècada del 1960, en el camp de l'ètica hi havia un creixement de l'interès per temes aplicats. La guerra del Vietnam, el problema del racisme, etc., significaven un canvi de perspectives també en filosofia.

Llavors em va començar a interessar la qüestió de la igualtat i la idea que: "tots els humans som iguals"... La meva investigació filosòfica volia esbrinar en quin sentit és correcte dir que tots els humans som iguals quan, per experiència, veiem que difereixen en tantes característiques (pes, alçada...).

En aquell temps, la idea del vegetarianisme, per exemple, em resultava estranya. Fa 30 anys quan algú deia que era vegetarià ho argumentava per raons de salut o, en el cas d'alguns hinduistes, per raons de religió. Eren, per dir-ho així, raons instrumentals, externalistes. Però vaig conèixer un estudiant a Oxford que ho era per raons diferents. Senzillament, considerava que nosaltres, els humans, no tenim dret a explotar els animals no-humans, ni a menjar-nos-els.

Això em va fer reflexionar. Vaig començar a pensar: "¿per què donem per suposat que nosaltres, els humans, tenim dret a explotar els animals?"... Aquí hi havia, doncs, dues línies d'investigació.

D'una banda, quan pensem en la igualtat considerem que aquest és un concepte positiu; observem que al llarg de la història hi ha un creixement important del nombre d'individus que s'han considerat iguals. La revolució francesa i el feminisme, per exemple, amplien el nom d'individus que tenen dret a reivindicar-se com a humans.

Però la idea d'igualtat es pot considerar també des d'una esfera diferent. Podríem considerar-la des d'un punt de vista exterior a l'espècie humana (òbviament es tracta d'un experiment intel·lectual, perquè mai no podem deixar de ser com som). Llavors em va semblar important fer la pregunta següent: "¿Què significa "igualtat", quan considerem el concepte des del punt de vista de tots els éssers "bio-" del planeta?"...

Als animals no-humans els fem coses que no faríem als humans (menjar-nos-els, usar-los per a espectacles o per a experimentació...). Quan vaig començar a estudiar el tema em vaig adonar que hi havia molta literatura filosòfica sobre el tema de la igualtat entre humans, però que no es tractava la qüestió en relació als no-humans. La qüestió era òbvia: "per què donem per fet que els humans tenen dignitat i els no-humans no en tenen"... i la resposta era que, en la tradició filosòfica occidental, els humans són "fins en sí mateixos", mentre que els animals són mitjans.

Aquest havia estat el plantejament de Kant per a qui els humans són finalitats en sí mateixos perquè són autònoms, mentre que els no-humans no són autònoms i, per tant, només són mitjans. Però em va semblar que el punt de vista kantià no era acceptable. Si tots els animals tenim un sistema nerviós complex, i podem experimentar dolor: ¿per què el fet de ser racionals ha de significar uns interessos diferents als de no ser racionals? De fet, Bentham ja hi havia estat en desacord amb la concepció instrumental sobre els drets dels animals.

Si una persona és d'origen africà o europeu, això no afecta als seus interessos vitals que són els mateixos per a tots els humans. Tots els humans tenim els mateixos interessos i, per tant, tots tenim els mateixos drets. Però es fa difícil d'acceptar que l'interès de "no patir dolor" obligui a considerar també els no-humans sotmesos al dolor (usats com a objectes en experimentació, per diversió, per cacera...).

Hi ha un prejudici que ha estat vigent durant segles i que prové d'Aristòtil i del judeo-cristianisme. Ambdues són teories "finalistes". Per a Aristòtil, allò més baix ha de servir allò més alt (els bàrbars als grecs i les dones als homes). En conseqüència també els animals irracionals han de servir als racionals. En el cas del judeo-cristianisme, Déu ha donat als humans el domini (o millor: la potestat) sobre els no-humans. Però aquestes dues posicions no són consistents amb el que ens mostra el darwinisme.

Darwin va mostrar que l'evolució no és de cap manera "finalista"; no està pensada per tal que "finalment" apareguin els humans. Totes les formes vives evolucionen i "millor" o "pitjor" vol dir -només- "més ben adaptat", però no té un sentit moral. En conseqüència l'idea que els animals són inferiors resulta insostenible.

En la concepció utilitarista, que defenso, els interessos de tots valen exactament igual i, per tant, han de ser tractats exactament igual. Tots els interessos han de ser tinguts en compte a l'hora d'actuar i els interessos bàsics (viure, no patir dolor innecessari, ser lliure) són similars entre humans i no humans.

Per això prefereixo usar l'expressió "interessos", abans que la més complexa de "drets" (que remet a deures). Amb tot, defenso que els animals han de tenir drets bàsics (vida, etc.) Això no significa haver de donar als no-humans els mateixos drets que als humans, exactament de la mateixa manera que tampoc no donem dret de vot als nadons però els considerem amb drets.

Què implica això respecte al tracte als animals?

Bàsicament dues coses: que hem de tenir en compte els seus interessos bàsics i comparar-los amb els nostres (no patir, no sofrir per pànic, per ensopiment, per estrès..) i que no els podem considerar instruments, prenent decisions sobre ells només amb condicionaments econòmics.

En essència -per acabar- crec que podríem considerar si la forma com tractem els animals és la mateixa com tractaríem els nostres propis interessos.


Debat

Jesús Ricart planteja el tema del 3r món davant el dret dels animals.

Peter Singer respon: El tema dels drets animals no és absolut. Un dret val sempre i universalment i no pot ser impedit mai. Però els drets dels animals no són absoluts i és per això que prefereixo usar el mot "interessos". No m'oposaria a què gent que necessita els animals per a la seva supervivència (p.ex., en països àrids) els utilitzi. L'únic que demanaria és que es doni la millor vida possible als animals. I em preocupa que els països del tercer món estan seguint models occidentals d'alimentació i d'ús instrumental dels animals.

Pel demés, els drets són globals i que es violin els drets humans, cosa evident, no és argument contra reivindicar els drets dels animals; no han d'anar uns després dels altres perquè potser mai no es respectaran plenament els drets humans i llavors mai no arribaríem als drets animals. En tot cas, els drets han de ser harmònics.

Josep-Maria Terricabras pregunta si hi ha límits en els drets dels animals i si serien iguals els d'una papallona que els d'un gos.

Peter Singer respon que no; però que -en tot cas- la pregunta que cal fer és la de "si és un ésser conscient?" i la de "si és un ésser que pugui patir"?

Se li pregunta a continuació pels zoològics i respon que serveixen bàsicament per a la diversió del públic i que són un desastre per als animals.

Sobre les curses de braus respon que si es deixa d'anar-hi, això no disminuirà la felicitat de la gent perquè poden anar al futbol o al cinema sense fer mal cap animal. No només els animals pateixen, sinó que amb els toros es potencia una actitud que pot arribar a justificar que està bé provocar patiment. Diu que no hi pot haver un Estat ètic si accepta el patiment, com és el cas dels Estats que permeten les curses de braus.

Se li pregunta què faria si calgués matar 100 animals per salvar 50 persones, per exemple en experimentació mèdica. Respon que ell mai no ha dit que la vida d'un animal humà i d'un animal no-humà valguin exactament el mateix, sinó que cal oposar-se al dolor. En el cas de l'experimentació mèdica no és imprescindible fer-la amb animals perquè hi ha altres mètodes que funcionen. Si es pot fer un experiment amb animals ha de ser sense provocar un patiment extrem però cal tenir en compte que també hi ha patiment humà i no només dels malalts sinó dels familiars.

Es demana que si no hem dubtat a "matxacar" milers de persones a Iraq, ¿com es pot esperar que tractem millor els animals?

Singer respon que han mort 5.000 persones a Iraq i que moren 9.000 milions d'animals en un any als Estats Units. Estic en complet desacord amb el que hem fet a Iraq, però també continuem essent molt cruels amb els animals.

Mise Hinojosa li planteja si pot donar una paraula d'esperança en aquesta utopia.

Singer respon que no creu que sigui utòpic pensar que podem fer progressos en el tracte als animals. Seria utòpic pensar que podem aconseguir que tothom sigui vegetarià, però cal anar pas a pas envers un objectiu molt més llunyà.


Fal·làcies (I) La dignitat humana.

Les persones, a diferència de les bèsties, tenim dignitat.

Dignitat: respecte que mereix algú. Diccionari d’Estudis Catalans. (Diec)

Cada any els humans assassinem milers de milions d'altres animals. Als escorxadors, als laboratoris, caçats, pescats, cultivats en granges pelleteres i piscifactories com si fossin llegums, a les gàbies de les protectores, als camions de transport, als magatzems de tràfic animal, als camps de concentració i extermini que hem donat en anomenat zoològics, o circs. Plors, humiliacions, gemecs, patiment, sang, malaltia, terror, impotència, angoixa i assassinat a cada plat, a cada taula, a cada casa, a cada menjador escolar, a cada fotograma televisiu, a cada referència cultural, a cada record personal. Sang i més sang que ens vessa, desesperada, cada cop que obrim la boca.

Files de vedells amb les banyes arrencades en viu esperant el torn de ser escorxats et miren perplexes, preguntant d’on pots treure tanta crueltat. Micos que s’abracen terroritzats buscant protecció davant la taula on el seu company de gàbia, amb els budells al descobert, crida de dolor i d’incomprensió i et mira. Conills que et miren suplicants quan es giren per no veure com els seus són penjats al ganxo mentre es dessagnen. L’angoixa en la mirada de la tonyina que s’afoga a la coberta, mentre l’ham li esquinça les entranyes. Milers de milions de mirades acusadores de les que mai més et podràs sostraure quan les vegis.

Malgrat el que pretenem ser, hi ha infinitament més dignitat en la mirada serena d'aquest petit anyell, quines despulles ara paladeges, que en la del seu botxí.



Las personas, a diferencia de las bestias, tenemos dignidad.

Dignidad: respeto que se merece alguien. (traducido del Diec.)

Cada año los humanos asesinamos a miles de millones de otros animales. En mataderos, en laboratorios, cazados, pescados, cultivados en granjas peleteras y piscifactorías como si fueran legumbres, en las jaulas de las protectoras, en los camiones de transporte, en los almacenes de tráfico animal, en los campos de concentración y exterminio que hemos dado en llamar zoológicos o circos. Llantos, humillaciones, gemidos, sufrimiento, sangre, enfermedad, terror, impotencia, angustia y asesinato en cada plato, en cada mesa, en cada casa, en cada comedor escolar, en cada fotograma televisivo, en cada referencia cultural, en cada recuerdo personal. Sangra y más sangre que se derrama, desesperada, cada vez que abrimos la boca.

Hileras de becerros con los cuernos arrancados sin anestesia esperando el turno de ser despedazados te miran perplejos, preguntándote cómo puedes ser capaz de tanta crueldad. Monos que se abrazan aterrorizados buscando protección ante la mesa donde su compañero de jaula, con las vísceras al descubierto, grita de dolor e incomprensión y te mira. Conejos que te miran suplicantes cuando se vuelven hacía ti para no ver como los suyos son colgados del gancho para que se desangren. La angustia en la mirada del atún que se ahoga en la cubierta mientras el anzuelo le desgarra las entrañas. Miles de millones de miradas acusadoras de las que nunca podrás sustraerte cuando las veas.

A pesar de lo que pretendemos ser, hay infinitamente más dignidad en la mirada serena de esa cría de cordero, cuyos despojos ahora paladeas, que en la de su verdugo.

divendres, 21 de maig del 2010

Meat is murder


Reveladora alegoria de The Smiths.

Heifer whines could be human cries
Closer comes the screaming knife
This beautiful creature must die
This beautiful creature must die
A death for no reason
And death for no reason is MURDER

Los gemidos de un novillo podrían ser gritos humanos.
Cada vez más cerca viene el cuchillo espeluznante.
Esta hermosa criatura debe morir.
Esta hermosa criatura debe morir.
Una muerte sin razón.
Y la muerte sin razón es ASESINATO.


Els gemecs del xurmer podrien ser crits humans
Cada cop mes a prop ve el ganivet esborronador
Aquesta magnífica criatura da de morir
Aquesta magnifica criatura ha de morir
Una mort sense raó
I una mort sense raó es assassinat


And the flesh you so fancifully fry
Is not succulent, tasty or kind
It's death for no reason
And death for no reason is MURDER

Y la carne que tan caprichosamente fríes
no es suculenta, sabrosa o buena.
Es muerte sin razón.
Y la muerte sin razón es ASESINATO.


I la carn que capritxosament fregeixes
no és suculenta, saborosa o bona.
És mort sense raó
I la mort sense raó és assassinat


And the calf that you carve with a smile
Is MURDER
And the turkey you festively slice
Is MURDER
Do you know how animals die ?

Y el ternero que trinchas con una sonrisa
es ASESINATO.
Y el pavo que rebanas festivamente
es ASESINATO.
¿Sabes cómo mueren los animales?

I el vedell que trinxes amb un somriure
és ASSASSINAT
I el gall dindi que llesques festivament
és ASSASSINAT
Saps com moren els animals ?


Kitchen aromas aren't very homely
It's not "comforting", cheery or kind
It's sizzling blood and the unholy stench
Of MURDER

Los aromas de la cocina no son muy agradables.
No es confortable, alegre o buena.
Es la sangre hirviente y el atroz hedor del asesinato
del ASESINATO.


Els aromes de la cuina no són molt agradables.
no és confortable, alegre o bona.
És la sang bullent i l’atroç pudor de l’assassinat.
De l’ASSASSINAT.


It's not "natural", "normal" or kind
The flesh you so fancifully fry
The meat in your mouth
As you savour the flavour
Of MURDER

No es” natural", "normal" o buena
la carne que fríes tan caprichosamente.
La carne en tu boca
mientras paladeas el sabor
del ASESINATO.


No és “natural”, “normal” o bona
La carn que fregeixes tan capritxosament.
La carn a la teva boca
mentre paladejes el sabor
de l’ASSASSINAT.


NO, NO, NO, IT'S MURDER
NO, NO, NO, IT'S MURDER
Oh ... and who hears when animals cry ?

No, no, no, ES ASESINATO
No, no, no, ES ASESINATO
Oh, y ¿quién oye cuando los animales lloran?


No, no, no, és ASSASSINAT
No, no, no, és ASSASSINAT
Oh, i qui sent els animals plorar?


I ara què faràs?

Vegà? ¿Vegano? Vegan?

Tots els qui hem arribar a aquest punt del nostre desenvolupament personal ens ho hem preguntat. Més enllà de les nostres capacitats, de les que solem estar imprudentment convençuts, el que ens qüestionem són els nostres motius.

I, és clar, hem calculat quantes vides salvarem cada any. Blasmem del maltractament , l’especieísme, l’explotació, l’esclavisme, la crueltat o la matança. Però s’hauria de donar per suposat que, sociopaties a banda, a tots ens commou el patiment aliè de la resta d’animals, de la resta de nosaltres. Sigui en el ghetto de Varsòvia, sigui en un laboratori d’investigació farmacèutica.

Amb això no n’hi ha d’haver prou. Cal el plus, la voluntat de superar la nostra condició de primats territorials i totes les justificacions etològiques que, a modus de coartada pretesament evolutiva, justifiquen els jous que imposem superbament a la resta d’animals. I superar-la per a aspirar, primordialment, a una dimensió ètica que ens permeti mínimament pretendre que la nostra existència individual supera la simple combinació orgànica dels elements materials que ens conformen.

No és, que també, una qüestió de consciencia ecològica, o de postular una conversió comportamental global. I no ho és perquè pot ser els nostres esforços per salvar la terra siguin de baldes. Tal vegada puguin contribuir, sí, a l’adveniment d’una consciència col·lectiva, no ja com a espècie sinó fins i tot com a forma de vida i encara tinguem opcions. O pot ser en realitat estiguem abocats a l’extinció des de les nostres primeres passes a la sabana i hem esmerçat ja el nostre temps. Però per mi és clar que això és absolutament intranscendent fora de la nostra percepció, fora de l’experiència de cada un de nosaltres. Som amb prou feines el que som, un mer estat de la matèria en aquest just parpelleig espai-temporal sense propòsit moral. Menys que la més minúscula insignificança còsmica, davant quina condició la simple idea de transcendencialitat esdevé grotesca.

Per què vegà, doncs? Perquè tampoc som menys del que som. I, per tant, no ens hem de conformar amb menys que el que poder assolir. La dignitat pròpia defensant la aliena, l’esgraó moral que doni, si cas, un polsim de sentit a la vida individual, fins i tot a la llum de la nostra possible futilitat col·lectiva. Vegà per poder dotar-te d’un objectiu just i, en el propòsit de resistència, un camí per abastar-lo. Perquè en aquesta solvència moral radica el capital necessari i suficient per enfrontar-nos al vertigen davant l’abisme existencial, a diferència dels saquejadors, que precisen de faules infantils i ridícules fal·làcies esotèriques per superar la repulsió que els hi causa reconèixer la vacuïtat de la seva vida reflectida a cada bassal de sang que vessen.

Per això soc vegà. Perquè em dota de sentit davant el caos. Et sembla poc?


Todos cuantos hemos llegado a este punto de nuestro desarrollo personal nos lo hemos preguntado. Más allá de nuestras capacidades, de las que solemos estar imprudentemente convencidos, lo que cuestionamos son nuestros motivos.

Y, claro, hemos calculado cuántas vidas salvaremos cada año. Blasmamos del maltrato, el especieismo, la explotación, el esclavismo, la crueldad o la matanza. Pero debería darse por sentado que, sociopatias aparte, a todos nos conmueve el sufrimiento del resto de animales, del resto de nosotros. Sea en el ghetto de Varsovia o sea en un laboratorio de investigación farmacéutica.

Pero eso no puede bastar. Es preciso ese plus, la voluntad de superar nuestra condición de primates territoriales y todas las justificaciones etológicas que, a modo de coartada pretendidamente evolutiva, justifican los yugos que imponemos soberbiamente a los demás animales. Y superarla para aspirar, primordialmente, a una dimensión ética que nos permita mínimamente pretender que nuestra existencia individual supera la simple combinación orgánica de elementos materiales que nos conforma.

No es, que también, una cuestión de conciencia ecológica o de postular una conversión comportamental global. Y no lo es porque tal vez nuestros esfuerzos por salvar la tierra sean baldíos. Quizás puedan contribuir, sí, al advenimiento de una conciencia colectiva, no ya de especie sino incluso de forma de vida y todavía tengamos opciones. O tal vez estemos ya condenados a la extinción desde nuestros primeros pasos en la sabana y hayamos agotado nuestro tiempo. Pero esa reflexión se me antoja absolutamente intrascendente más allá de nuestra percepción, más allá de la experiencia personal de cada uno de nosotros. Somos apenas lo que somos, un mero estado de la materia en este preciso parpadeo espacio temporal, sin propósito moral. Menos que la más minúscula insignificancia cósmica, ante cuya condición la simple idea de trascendentalidad deviene grotesca.

¿Porqué vegano, entonces? Porque tampoco somos menos de lo que somos. Y, por tanto, no tenemos porque cconformarnos con menos de lo que podamos alcanzar. La dignidad propia en la defensa de la ajena, el escalón moral que proporcione, si acaso, un ápice de sentido a la vida individual, incluso a la luz de nuestra posible futilidad colectiva. Vegano para atesorar un objetivo justo y, en el propósito de resistencia, un camino para alcanzarlo. Porque en esa solvencia moral radica el capital necesario y suficiente para enfrentarnos al vértigo ante ese abismo existencial, a diferencia de los saqueadores, que precisan de fábulas infantiles y ridículas falacias esotéricas para superar la repulsión que les causa reconocer la vacuidad de su vida reflejada en cada charco de sangre que vierten.

Por eso soy vegano. Porque me dota de sentido ante el caos. ¿Te parece poco?


All who have reached this stage of personal development have wondered. Beyond our capabilities, of which we are often unwisely convinced, what we question is our reasons.

And, of course, we have calculated how many lives we will save each year. We denigrate of abuse, speciesism, exploitation, slavery, cruelty or killing. But it should be assumed that, sociopaties apart, we are all moved by the suffering of the rest of animals, of the rest of us. Whether in the Warsaw ghetto or in a pharmaceutical research laboratory.


But that is not enough. It should be that plus, the will to overcome our condition of territorial primates and all ethological justifications that, as a way of alibi allegedly as an evolutionary excuse, justify the yokes that superbly we impose to other animals. And overcome it to aspire, primarily, to an ethical dimension that allows us to pretend that our individual existence exceeds the simple organic combination of material elements that shapes us.


Is not just a question of environmental awareness or to postulate a global behavioral conversion. And it is not because maybe our efforts to save the earth are vacant. Maybe they can help, yes, to the advent of a collective consciousness, not just as species but as a way of life and we still have options. Or maybe we're already doomed to extinction from our first steps in the savannah and we have exhausted our time. But this thinking seems to me totally irrelevant beyond our perception, beyond the personal experience of each one of us. We're just who we are, a mere state of matter in this particular space-time blink without moral purpose. Less than the tiniest cosmic insignificance, in whose condition the simple idea of transcendence becomes grotesque.


Why vegan then? Because we are not less than what we are. And, therefore, we do not have to accept less than what we can achieve. One's dignity in the defense of other’s dignity , the moral step to provide, if anything, an iota of sense to the individual life, even in light of our possible collective futility. Vegan to treasure a fair target and, with the purpose of resistance, a path to achieve it. Because in that lies the moral solvency the necessary and sufficient capital to face the vertigo towards that existential abyss, unlike the looters, who require children fables and ridiculous esoteric fallacies to overcome the repulsion that causes them to recognize the emptiness of their lives reflected in each pool of blood that they have shed.


That's why I'm vegan. Because it gives me meaning before the chaos. Isn’t that enough?